¿Cómo se cierra un hotel?
Preparar un hotel para estar cerrado durante algunas semanas o meses en invierno es como componer y representar una coreografía: aparentemente, es sencillo y sigue un orden lógico pero, entre bambalinas, los ‘artistas’ -en este caso, trabajadores del establecimiento- hacen malabares para que la función continúe ante los ojos de los últimos clientes mientras ellos se afanan en dejarlo todo impoluto, protegido y ordenado para que nada falle ni falte cuando las puertas se vuelvan a abrir la próxima temporada.
Hemos acompañado a los empleados del hotel Pabisa Chico en los días previos al final de su período de actividad este mes de diciembre de 2018. Prácticamente una semana antes de la fecha de cierre prevista, los distintos departamentos tenían ya impresas sus hojas de inventario y checklists (listas de verificación) de cierre para comenzar a adelantar todo lo posible las múltiples tareas a ejecutar. Se trata de documentos muy exhaustivos y dinámicos, pues son actualizados cada temporada.
Vayamos área por área para ver sus cometidos en la ‘Operación Cierre’:
PISOS
A medida que se van desocupando las habitaciones a lo largo de las últimas semanas de la temporada, estas se van limpiando y desmontando. En cada cuarto, el procedimiento es el mismo: la silla, la mesa y el tendedero de la terraza se entran y se cierra el pestillo que da acceso al exterior. Todos los muebles se amontonan en el centro de la estancia y se tapan. Los cuadros se descuelgan de las paredes para que queden despejadas para ser pintadas y los complementos del baño (papelera, escobillera, vasos, etc.) se guardan en el armario.
La gobernanta, Isabel Martín, nos cuenta que, cuando todas las habitaciones de un piso están listas, se procede con la limpieza de los pasillos, los offices, los carros y los armarios. Todas toallas se guardan en dos habitaciones del primer piso, mientras que las sábanas, fundas de almohadas y colchas se llevan al cuarto de lencería, donde se amontonan y tapan. Por supuesto, se hace inventario de todos los artículos.
Cuando ya no quedan clientes en el hotel, entra en acción el servicio de pisos en la planta baja para dejarlo todo impoluto: agrupan todo el mobiliario en el centro del hall, limpian los baños de la piscina, la recepción, el gimnasio, el cuarto maletero, la cantina, el vestuario y la lencería. Por último, ayudan a cubrir los ventanales con sábanas, estores o pintura lavable blanca.
Dado que los últimos días de actividad suele haber pocos huéspedes, las profesionales de pisos suelen tener muy adelantado el trabajo al llegar el ‘día D’. Así, en dos días son capaces de realizar todas las tareas que acabamos de describir, imprescindibles para que el Chico cierre tranquilo.
BAR Y COMEDOR
Goyo Martínez, responsable de Bar y Comedor en el Chico, destina a una persona a vaciar los minibares de las habitaciones y dejar todo su contenido en uno de los cuartos, revisando las fechas de caducidad para retirar lo que no vaya a estar en perfecto estado para la reapertura. “El checklist es una gran ayuda, así no te olvidas de nada”, apunta.
Otros dos empleados se ocupan de recoger la loza y hacer una limpieza exhaustiva del bar de la piscina y la maquinaria. Así mismo, se avisa a los proveedores de las máquinas de bebidas para que acudan a desactivarlas y limpiar a fondo las tuberías.
Mientras, otro trabajador apila las mesas y sillas del comedor interior para hacer sitio para guardar a cubierto las hamacas de la piscina. En el bar-salón se retiran igualmente las mesas y sillas, así como toda la bebida y el menaje. Y todo, de la A a la Z, interior y exterior, es inventariado.
COCINA
Pedro Prieto, jefe de cocina del Pabisa Bali que ha estado reforzando este departamento en el Chico hasta el cierre por fin de temporada de 2018, asegura seguir el checklist “a rajatabla”. Lo primero que hay que hacer, relata Prieto, es apagar algunas cámaras refrigeradoras y congeladores. Para ello, varios días antes se habrán ido vaciando estos espacios y reduciendo el volumen de compras así como creando menús en función de las existencias para minimizar los excedentes y disminuir el consumo energético.
Cuando quedan horas para el cierre, se traspasa todo el material perecedero a corto plazo a otros centros que continúen abiertos. Lo que no caduca se guarda en el economato del hotel. Seguidamente, se realiza la limpieza a fondo de las cámaras refrigeradoras, los congeladores y los cuartos fríos de carne, pescado, fruta y verdura.
Un día más tarde comienza la limpieza del buffet, las campanas extractoras, las planchas, los fogones, las freidoras, los hornos y las mesas de la cocina, mientras otro equipo se encarga de bajar todo el menaje al economato, que previamente se ha acondicionado. Allí se guarda todo bajo llave. Es importante dónde y cómo se deja cada cosa (platos, vasos, cubiertos, ollas, sartenes, placas…)., para evitar sorpresas cuando el establecimiento reprenda la actividad.
Posteriormente, se puede acometer ya la higienización del tren de lavado, el cuarto de perolas y los carteles. En los cuartos refrigeradores se colocan dispositivos con carbón activado, para absorber humedades y prevenir la proliferación de mohos y bacterias. Además, es imprescindible cumplimentar las hojas de inventario, que se entregarán al final del proceso junto con las llaves, el checklist y los registros sanitarios del sistema APPCC de la piscina, la cocina y el bar-comedor.
RECEPCIÓN
La recepción tiene un papel importante en la coordinación del trabajo de cierre del departamento de pisos. Su objetivo, durante las dos semanas previas a la clausura, es agrupar a los clientes en las plantas más demandadas para así ir cerrando plantas y permitir a las camareras adelantar sus tareas.
Del mismo modo, hay que avisar con antelación a los proveedores de joyas, tabaco, pesamaletas o snacks para que acudan a hacer la recaudación y a limpiar las vitrinas o máquinas de su propiedad ubicadas en el hotel. Y, todo, “sin molestar al cliente”, subraya la responsable de Recepción, Flori Ramírez.
En la recepción del hotel es necesario de igual modo hacer inventario del material de oficina, el inmovilizado y el pequeño supermercado del centro. La limpieza y almacenaje de los equipos informáticos la realizan los especialistas del departamento de IT de la compañía.
Antes de echar el cierre, el recepcionista que esté de turno debe ocuparse de ultimar las facturas, recoger los fondos de caja y producción del bar y el comedor, así como de ingresar y contabilizar lo que se haya producido en el hotel durante el último día. Después, ya solo queda recoger todos los objetos de la barra y cubrirla con sábanas para protegerla, antes de entregar el checklist, el inventario y el cuadro de llaves a las oficinas centrales.
SERVICIO TÉCNICO
En el departamento de mantenimiento técnico, su responsable Juanjo González señala que ellos son “los últimos en salir cuando se cierra el hotel y los primeros en entrar cuando se reabre”. De estos profesionales depende, por ejemplo, el dejar tapados los motores del aire acondicionado ubicados en el exterior.
También se encargan de limpiar el mobiliario de la terraza y la piscina, así como de cerrar todas las llaves de suministro de agua y gas. La piscina se mantiene en funcionamiento para prevenir la proliferación del mosquito tigre y es revisada periódicamente por un técnico durante el tiempo que el hotel está cerrado.
En los pisos donde se encuentran las habitaciones, el personal técnico pasa cuando todo está recogido y retira las pilas de los tarjeteros de las puertas y los mandos de los televisores para evitar daños en los mismos. Finalmente, coordina la cobertura de las ventanas y puertas de cristal con pintura o telas.
Todas estas tareas se llevan a cabo cuando ha abandonado el centro el último huésped, algo que suele ocurrir después del desayuno del día del cierre, y ocupan ese día entero y el siguiente. Al finalizar, se entrega la checklist cumplimentada y acompañada por el inventario del material y las herramientas del servicio.
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